Diciembre es el mes de las gratificaciones, canastas navideñas y demás. Sin embargo, es importante mencionar que esta gratificación tendrá un importante impacto en las cuentas de los trabajadores peruanos, que cobrarán de media S/2,500 más, el equivalente a un salario promedio mensual (establecido en S/2,294).
Se estima que, coincidiendo con el cobro de la prima navideña, se incrementará el consumo en el país entre un 15 y un 25%, lo que a su vez incrementará el riesgo de sufrir casos de fraude y robo de identidad, especialmente entre los usuarios con escasa o nula formación financiera o digital. Es por esto que cabe resaltar que, la verificación de la identidad de los usuarios mediante tecnología biométrica ya se ha consolidado como una de las principales medidas para reducir el número de casos de robo de identidad y fraude, así como su impacto, convirtiéndose en un nuevo estándar de seguridad.
La llegada del mes de diciembre suele ser uno de los más esperados por los trabajadores peruanos. No solo por la celebración de la Navidad o el incremento en el volumen de compras, sino por el cobro de la Gratificación por Navidad que, este año, llegará a más de 3.5 millones de personas antes del próximo 15 de diciembre. Con un importe medio de S/2,500, este pago se ha constituido como un escudo social en el país, al asegurar la supervivencia económica de miles de familias al menos hasta principios de año, facilitando la compra de alimentos básicos, el pago de deudas acumuladas e incluso algunas compras navideñas.
En este contexto, los usuarios, especialmente aquellos con una menor formación digital o económica, se vuelven más vulnerables frente a los fraudes y robos de identidad. De hecho, según datos de la Policía Nacional del Perú, el año pasado se produjeron incrementos de hasta un 200% en transacciones fraudulentas durante los momentos de las gratificaciones anuales (tanto por las Fiestas Patrias en julio como por la de Navidad en diciembre), con previsiones de alcanzar este porcentaje e incluso superarlo este año, lo que podría suponer entre 8,000 y 10,000 incidentes denunciados, otros muchos no se denuncian por tratarse de montos pequeños o por desconocimiento de las víctimas.
Incremento de ataques digitales
Aproximadamente el 70% de los casos denunciados durante este año han tenido como procedencia ataques digitales y, de ellos, uno de cada cinco (22%) estuvieron causados por robos o suplantaciones de identidad. Por ello, la posibilidad de llevar a cabo una verificación de la identidad de los usuarios que llevan a cabo una transacción financiera o una compra en línea mediante tecnología biométrica, ya sea mediante huella dactilar o rasgos faciales, se está consolidando en los últimos años como un nuevo estándar de seguridad para reducir el impacto de estos delitos, al minimizar el acceso de terceros o ciberdelincuentes a datos críticos que, utilizados de forma maliciosa, pueden utilizarse para cometer fraudes de todo tipo.
Así, la tecnología biométrica cobra cada vez más importancia para incrementar la protección en transacciones como transferencias o apertura de cuentas bancarias, compras en línea o acceso a historiales médicos, garantizando en todo momento que el usuario que lleva a cabo esa operación es quien realmente dice ser, y no un tercero con información personal robada o un doble digital creado mediante inteligencia artificial.
Es importante recordar, además, que no todas las soluciones biométricas presentes en el mercado ofrecen el mismo nivel de seguridad o privacidad. Las basadas en la nube requieren con frecuencia que las huellas dactilares o los rasgos faciales que se capturan -es decir, las credenciales personales digitales del usuario- se envíen a servidores de terceros, momento en el que esta información puede ser interceptada y posteriormente utilizada para cometer cibercrímenes. A diferencia de estas soluciones, las basadas en tecnología on-device utilizan el propio dispositivo del usuario para llevar a cabo todo el procesamiento de la información personal de los usuarios, sin que esta llegue a salir en ningún momento de su celular.
Esto tiene un claro impacto en la seguridad de los usuarios, al eliminar el riesgo de que estos datos puedan ser utilizados para cometer fraudes o estafas. Algo especialmente importante en un país como Perú en el que, de acuerdo con los datos de la Policía Nacional, se produjeron en 2024 más de 42,000 casos de ciberdelitos, con un impacto que, solo en el caso de Lima Metropolitana, ascendió a más de 90 millones de Soles.
La implementación de esta tecnología en las aplicaciones de las entidades financieras y bancarias, y en las que permiten el acceso a servicios públicos, debe ser considerada una prioridad, aunque para que ello deba ser inclusiva para todas las comunidades y sectores de la población, especialmente para las más desfavorecidas. Así, esta tecnología debe permitir la verificación remota de la identidad del usuario desde cualquier teléfono móvil, sin que sea necesario que este sea de última generación o especialmente avanzado, y desde cualquier lugar, sin que ello pueda significar comprometer la seguridad de la operación o de su información crítica.
Según Jesús Aragón, CEO de Identy.io, uno de los principales proveedores de soluciones de verificación biométrica de identidad mediante el teléfono móvil, “la tecnología biométrica debe convertirse en un nuevo estándar de seguridad. Pero para que ello ocurra, debe poder ser accesible para todos los usuarios, sin que el lugar en el que viva, el teléfono móvil que use o si ha podido tener acceso a cierta formación tecnológica sea una barrera para ello”.
