Uso de las criptomonedas en medio de la guerra

Criptomonedas: ¿un camino para evitar sanciones o una ayuda para financiar la guerra?

Las criptomonedas están en la mira de los países del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) por su posible uso para evitar las sanciones impuestas a Rusia, pero al mismo tiempo se han convertido en una herramienta de Ucrania para financiar su economía de guerra.

Durante las últimas semanas, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea han reforzado sus controles sobre el bitcóin y otras divisas virtuales ante su posible uso para evitar el bloqueo económico sobre Rusia debido a su carácter anónimo y a la facilidad de usarlas al margen del sistema financiero convencional.

Un informe de la agencia Efe da cuenta de que esto ha hecho que Ucrania promueva durante la invasión rusa las donaciones de criptomonedas para financiar la compra de material de Defensa y otros suministros, cuando sus bancos no pueden operar con normalidad y escasean sus reservas de divisas.

Los expertos dudan sobre la capacidad de los reguladores para poner barreras efectivas a las monedas digitales, mientras que los movimientos en los mercados apuntan a su uso creciente como activo refugio tanto por ciudadanos rusos como ucranianos.

Criptomonedas para evitar sanciones

Usar criptomonedas para evadir las sanciones sobre Rusia «sigue siendo posible» pese a los nuevos controles aplicados por la comunidad internacional, dice a la agencia Efe Naoyuki Iwashita, profesor de la Universidad nipona de Kioto especializado en «fintech».

Las medidas tomadas por países como Japón o Estados Unidos exigen a las casas de cambio de criptomonedas bloquear toda transacción que pueda implicar a particulares o entidades sujetos a sanciones, y para ello se basan en un marco jurídico previo que obliga a estas entidades a identificar a sus usuarios.

Pero eso no impide las operaciones con bitcóin u otras divisas virtuales sin recurrir a las casas de cambio, por ejemplo remitiendo criptomonedas directamente entre dos «carteras digitales» privadas, para lo cual solo se necesitan unas claves de destino y sin desvelar la identidad de remitente ni destinatario.

«Ningún país tiene herramientas para controlar las transferencias de criptoactivos de usuarios sin intermediarios», explica Iwashita, quien añade que aunque esas prácticas no son comunes entre inversores corrientes, sí están al alcance de organizaciones que recurren a ellas «de forma sistemática para lavar dinero».

«Bitcóin fue desarrollado con el objetivo de hacer transferencias de dinero anónimas. Es imposible imponer el mismo tipo de controles que se aplican a transferencias financieras internacionales», subraya el también asesor del Ejecutivo nipón en materia de criptomonedas.

Criptomonedas: un salvavidas para Ucrania

El Ministerio de Transformación Digital de Ucrania ha recaudado más de 65 millones de dólares desde el inicio de la guerra a través de una plataforma de donaciones en criptomonedas que puso en marcha en la primera iniciativa público-privada de este tipo en el mundo, según sus creadores.

El dinero recaudado se emplea para comprar «cascos, chalecos antibalas o gafas de visión nocturna» y otros equipamientos no letales para las tropas ucranianas, según explica el titular del citado ministerio Mykhailo Fedorov, en la web de la plataforma, Aid for Ukraine.

«Las cripto han sido un verdadero salvavidas gracias a su facilidad de uso», afirmó a través de su cuenta de Twitter el viceministro ucraniano de Transformación Digital, Alex Bornyakov, quien junto a Fedorov ha promovido una ley para legalizar este tipo de monedas en el país.

Las donaciones son convertidas en divisa nacional y otras monedas corrientes, aunque las autoridades también han acordado pagos directamente en criptomonedas con sus proveedores, ya que estos pueden realizarse en minutos en lugar de los «días» que lleva una transferencia internacional convencional.

Criptomonedas: un posible refugio

El volumen de criptomonedas cambiadas por rublos y grivnas se ha disparado desde el inicio de la guerra, según muestran datos recopilados por la firma de análisis de mercado Arcane, que apunta a la búsqueda de activos refugio ante el riesgo de colapso del sistema bancario nacional de ambos países.

El pasado 28 de febrero, se alcanzó un récord diario de compras de USDT (Tether, criptomoneda con valor vinculado al dólar), de 35 millones de dólares, mientras que los cambios de rublo a bitcóin (BTC) se multiplicaron por diez.

La guerra de Ucrania parece mostrar nuevos casos prácticos de uso de las criptomonedas, consideradas hasta ahora principalmente activos especulativos, además de haber atraído aún más la lupa de los reguladores.

BlackRock, la mayor firma de inversión del mundo, ha reconocido en una carta a sus accionistas que el conflicto podría acelerar la adopción de las criptomonedas por parte de países que quieran reducir su dependencia de otras divisas, pese a que anteriormente se mostraron muy escépticos.

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