La Reserva Federal (Fed, banco central) aumentó la semana pasada su tasa de referencia en medio punto porcentual como esperaba el mercado, pero reafirmó que continuará subiendo los tipos de interés y los llevará por encima de 5%.
Los aumentos de tasas apuntan a encarecer el crédito para consumo e inversión, y así enfriar la economía y reducir presión sobre los precios, en un contexto de inflación persistente en Estados Unidos.
Se trata de las tasas de referencia más altas desde 2007. En su comunicado, el organismo precisó que nuevos incrementos «serán apropiados».
Mientras en septiembre la institución preveía un nivel de 4,6% para la tasa de referencia al final del ciclo alcista, ahora maneja niveles superiores a 5%.
Europa y la lucha contra la inflación
En tanto, el Banco Central Europeo (BCE) aumentó las tasas de interés en 0,50 puntos porcentuales y elevó sus previsiones de inflación al 6,3% en 2023. La institución optó por una medida más moderada que los meses anteriores, al tiempo que manifestó su determinación de combatir la inflación.
La inflación ascenderá al 6,3% el próximo año, frente al 5,5% previsto anteriormente, antes de disminuir al 3,4% en 2024 y al 2,3% en 2025, cerca del 2% previsto a plazo. La economía de la zona del euro podría experimentar además una contracción en este trimestre y el próximo debido a la crisis energética.
La institución calcula que el crecimiento será moderado el próximo año, pero a más largo plazo deberá recuperarse, subraya. En medio de este panorama, las proyecciones prevén un crecimiento de la economía del 0,5 % para 2023 y del 1,9 % para 2024.
La presidenta del Banco Central Europeo justificó la reducción de la previsión de crecimiento por «la guerra contra Ucrania», que alimenta el alza de los precios de la energía y de los alimentos.