La ‘flotación sucia’: el sistema con el que Perú mantiene estable su moneda en medio de las crisis

La economía peruana viene causando asombro a nivel regional debido a su constante crecimiento en las últimas décadas, a excepción solo de la pandemia, hecho que ha sido catalogado por varios especialistas como el «milagro económico peruano». Esto cobra relevancia por el contexto que vive Latinoamérica y se hace más relevante aún por las constantes crisis políticas que enfrenta el país, que nos ha llevado a tener más de cinco presidentes en los últimos años.

Si bien este crecimiento sostenido contrata con la amplia desigualdad que afecta a distintos sectores del país, no se puede negar que las cifras macroeconómicas de su historia reciente son citadas como ejemplo de éxito a nivel internacional, tal como lo recoge un informe detallado de la prestigiosa cadena internacional BBC, donde se explica que una de las razones que citan los expertos es la estabilidad de la moneda peruana, el sol.

A nivel de América Latina, la moneda peruana es la que menos ve oscilar su valor con respecto a la moneda de referencia, el dólar, y no muestra la tendencia a las devaluaciones pronunciadas en momentos económicos adversos típicos de otras economías de la región. Como ejemplo, según el ranking de divisas que elabora la agencia Bloomberg, el sol es la segunda moneda latinoamericana que mejor se ha comportado frente al dólar en 2022, solo superada por el peso uruguayo.

La ‘flotación sucia’: ¿cómo funciona?

El informe de la BBC explica que la estabilidad en la cotización del sol peruano se logra gracias a una estrategia del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) conocida como ‘flotación sucia’. Antes de entenderlo se debe saber que el precio del dólar, medido en unidades de la moneda local o tipo de cambio, es un aspecto clave en la economía, especialmente para países como los latinoamericanos, en los que la moneda estadounidense juega un papel protagonista y se utiliza en muchos intercambios, servicios y créditos.

En uno de los tres modelos principales de régimen cambiario -no tan popular- ocurre que con el tipo de cambio fijo el precio de la moneda extranjera se mantiene constante en el tiempo, pero esto requiere una permanente intervención del banco central en el mercado comprando o vendiendo dólares según sea necesario para modular la oferta y la demanda y así mantener el tipo de cambio en el nivel deseado.

En el modelo de tipo de cambio flotante el tipo de cambio se mueve libremente, ya que el banco central no interviene nunca en el mercado cambiario. Es el que siguen los países europeos que comparten el euro, o en América Latina, por ejemplo, Chile. Esto puede dar lugar a grandes oscilaciones influidas por la coyuntura o factores económicos externos.

Y luego está el modelo de la flotación sucia que sigue Perú, en el que el tipo de cambio también fluctúa, pero de manera muy limitada. Esto se debe a una intervención también limitada del banco central en el mercado que tiene como objetivo mantener su cotización relativamente estable. Se trata de un modelo habitual en economías emergentes donde las autoridades lo usan para proteger sus monedas de grandes fluctuaciones indeseadas.

En Perú se ha llevado a cabo de manera sostenida por el Banco Central de Reserva del Perú (BCR) y los expertos coinciden en que ha sido una de las claves que explican la estabilidad monetaria de los últimos años, que contrasta notablemente con lo ocurrido en otras épocas de la historia, como la de la hiperinflación de finales de los 1980, que todavía trae amargos recuerdos para muchos peruanos.

El inicio de la ‘flotación sucia’ y su uso hasta ahora

El informe de la BBC recuerda que el Banco Central de Reserva del Perú comenzó a intervenir en el mercado cambiario durante la política de estabilización económica de la década de 1990, cuando el gobierno de Alberto Fujimori llevaba a cabo una agresiva reforma económica de corte liberal para intentar la hiperinflación heredada del primer gobierno de Alan García.

En 1991 el Gobierno creó una nueva moneda nacional, el nuevo sol, y se tuvo como prioridad estabilizarla. En un inicio se hizo siguiendo un modelo de tipo de cambio fijo, pero pronto se flexibilizó y se adoptó el modelo de flotación sucia, que se ha mantenido hasta la fecha y ha ayudado al sol a sobrellevar algunas de las turbulencias financieras de los últimos años.

En los primeros años se recurrió a intervenciones limitadas y esporádicas, pero a partir de 2002, cuando el BCR adoptó el llamado Esquema de Metas de Inflación, el objetivo oficial declarado de mantener los niveles de subida de los precios en un rango de entre 1% y 3%, la flotación sucia se institucionalizó.

Otro factor importante es que, como el Banco Central Peruano no anuncia de antemano cuándo va a intervenir en el mercado, ni cuán intensamente lo va a hacer, la incertidumbre disuade a especuladores interesados en afectar4 la moneda nacional con maniobras a corto plazo.

El BCRP es, además, muy activo en la compra de dólares en los momentos propicios para mantener sus niveles de reservas y su capacidad de intervención en los momentos adversos, explotando el peso de la exportación de minerales en la economía peruana.

Finalmente, este organismo cuenta con US$76.100 millones -un 30,5% del PBI- que le ha permitido actuaciones importantes, como en 2009, cuando Perú se veía afectado por las consecuencias de la crisis financiera global, o más recientemente ante la fuga de capitales que produjo el temor de algunos inversores tras la llegada a la presidencia de Pedro Castillo en julio de 2021.

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