Actividades FinTech o Modelos de negocio

Mercado FinTech crece en el Perú: ¿qué actividades o modelos de negocio existen?

Las empresas de la industria FinTech se pueden dividir en seis segmentos principales de acuerdo al modelo de negocio elegido. El primer modelo, de depósitos y créditos, está conformado por las empresas FinTech cuya oferta se basa en ofrecer servicios bancarios mediante canales electrónicos y tecnológicos (banca digital), prestamos de financiación colectiva (loan crowfunding) y crédito mediante plataformas basadas en internet (plataformas de crédito). El segundo modelo, consiste en facilitar la unión entre prestamistas y empresas que necesiten financiamiento en forma de capital (equity crowfunding). Por su parte, en el segmento de asesoría financiera se encuentran empresas FinTech que se encargan de ofrecer asesoramiento, venta y gestión de activos.

Este segmento incluye al robo advice, que brinda asesoramiento sobre productos financieros y de inversión. Por otro lado, las actividades FinTech asociadas al segmento de pagos, compensación y liquidaciones, en su mayoría se encargan de emitir dinero electrónico y proveer servicios de pagos digitales. Por su parte, la InsurTech se encargan principalmente de distribuir productos de seguros y facilitar la suscripción a los mismos mediante el uso de tecnología. Por último, se encuentra el segmento de criptoactivos, dedicado a la creación, distribución, almacenamiento o intercambio de activos digitales; si bien este no es un modelo de negocio, se considera en el análisis en tanto es utilizado para la ejecución de otros modelos (como inversión y pagos).

Los modelos de negocio FinTech que predominan en el país son los de plataformas de crédito, que en los últimos años han desplazado a las empresas de pagos. Reorganizando la información que presentada por EY (2021), en función de los modelos de negocio, destaca la predominancia de los modelos de financiamiento participativo de créditos y de capital, así como de plataformas de crédito (ver Gráfico N° 3). Este grupo es el que ha experimentado recientemente un mayor crecimiento, (Finnovista,2021), probablemente como resultado de una mayor necesidad de financiamiento de las personas y MYPES a raíz de la pandemia.

Cabe precisar que solo nueve de las 49 empresas que componen este grupo son plataformas de financiamiento participativo, lo que resalta la importancia de las plataformas de crédito. El segundo lugar es ocupado tanto por el modelo de negocio relacionado a pagos, compensaciones y liquidaciones, que incluye tanto a startups como a las empresas del SF que brindan este servicio (Yape, Plin, Tunki), como por empresas dedicadas al cambio de divisas. Le siguen en número las empresas FinTech dedicadas al asesoramiento de finanzas personales y empresariales, las cuales muestran iniciativas diversas: aplicativos de comparación de productos financieros, chatbox para empresas, puntajes crediticios, tecnologías para mejorar procesos. Por otro lado, se detectaron once empresas en el grupo de criptoactivos y tres empresas en InsurTech, dejando espacios de crecimiento.

La multiplicidad de modelos de negocio FinTech vienen asociados a riesgos diversos con distintos grados de materialidad. A continuación, se presentan los principales riesgos derivados de cada uno de ellos, los cuales podrían ser una amenaza a la estabilidad de los sistemas supervisados. Si bien muchos riesgos se encuentran presentes en las operaciones y servicios financieros tradicionales, algunos en especial, como el operacional, se ven exacerbados, dado la mayor dependencia en la tecnología:

  • Banca digital: Las operaciones y servicios que brindan los bancos tradicionales y los digitales son los mismos; por lo tanto, ambos tipos de entidades están expuestos a los mismos riesgos (crédito, liquidez, mercado, operacional, entre otros). Sin embargo, comparativamente, la exposición de la banca digital al riesgo operacional y en especial cibernético es mayor dado su uso intensivo de tecnología.
  • Plataformas de financiamiento participativo financiero: Además de los riesgos tradicionales, la plataforma en sí misma es una fuente adicional de información asimétrica. Ésta podría presentar deficiencias no observables en su capacidad de evaluar a los prestatarios, o podría tener incentivos para alterar las evaluaciones crediticias, dando lugar al riesgo moral. Además, podría existir un riesgo de conducta de mercado, en tanto la información brindada a los prestamistas/inversionistas no sea lo suficientemente transparente como para que estos hagan una evaluación costo-beneficio. De otro lado, en cuanto al posible impacto al SF, estos modelos podrían contribuir al riesgo de sobreendeudamiento, en la medida que la información de sus clientes no se encuentre incorporada en las centrales de riesgo, limitando el adecuado análisis de la capacidad de pago de los clientes, tanto por parte de las empresas del SF como de los inversionistas/prestamistas de la plataforma.
  • Plataformas de crédito: En las plataformas de crédito existe el riesgo de información insuficiente o poco clara, en especial relacionada a los intereses y comisiones que los prestatarios deben pagar. Además, en tanto existan garantías que respaldan el crédito, la plataforma podría ser laxa en la evaluación de la capacidad de pago del cliente, exponiéndolo al riesgo de sobre endeudarse. Este efecto se amplifica si la plataforma no reporta información de los clientes a una central de riesgos de crédito, afectando la adecuada evaluación crediticia.
  • Pagos, compensaciones y liquidaciones: estos modelos se encuentran expuestos particularmente a los riesgos operacional y de liquidación, los cuales pueden, directa o indirectamente, desestabilizar el SF, debido principalmente al rol que desempeñan en la cadena de pagos. En particular, están presentes riesgos de resiliencia operativa y cibernética, protección de datos y protección de fondos en tránsito o almacenamiento, al no encontrarse dichos fondos dentro de los esquemas de cobertura de depósitos. Existen también riesgos de conducta de mercado y de exclusión digital.
  • Robo advise: entre los principales riesgos se encuentra el operacional, en el diseño de los algoritmos y en el correcto funcionamiento del servicio. Además, el nivel de complejidad de los robo-advisors requiere que los usuarios tengan conocimientos previos, tanto para el acceso y uso de la plataforma, así como para interpretar adecuadamente el cuestionario y las recomendaciones ofrecidas. En adición, pueden existir conflictos de intereses, ya que las empresas podrían tener sesgos en la programación de sus algoritmos con la finalidad de promover inversiones en ciertos grupos de activos.
  • InsurTech: además del tradicional riesgo operacional y en especial cibernético, el gran volumen de datos que emplea este modelo requiere de la adopción de medidas para la protección de la privacidad de datos personales. Al tratarse de información confidencial y sensible (bienes personales, salud, etc.), los clientes deben tener la garantía de que su información y las transacciones asociadas a ella son seguras. Además, los usuarios pueden no estar familiarizados con el concepto de lo que es un seguro, lo que los deja vulnerables a una venta de productos inadecuados (IAIS et al., 2018)
  • Criptoactivos: los principales riesgos del uso de criptoactivos en algunos modelos, como pagos e inversión son el riesgo de mercado (dada la alta volatilidad en sus precios), liquidez, crédito, apalancamiento, operacional (incluidos los riesgos de fraude y cibernéticos), el riesgo de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, y los riesgos legales y de reputación (BIS, 2019a). Estos riesgos afectan los modelos que utilizan criptoactivos.

El desarrollo regulatorio de las actividades FinTech es heterogéneo, varía por jurisdicciones y según modelos de negocio; algunos se encuentran regulados, no solo por reguladores financieros sino también por otras autoridades, como las encargadas de la protección al consumidor, de la competencia y de la prevención del lavado de activos y el financiamiento del terrorismo.

Algunas de las actividades que realizan las empresas FinTech cuentan con marcos regulatorios ya establecidos, como es el caso de la banca digital que en la gran mayoría de países debe sujetarse a los mismos requerimientos que la banca tradicional (Ehrentraud, 2020b). Esta aproximación sigue el principio de neutralidad tecnológica, lo que implica que la regulación se define en función de las actividades u operaciones más que en la forma en que estas se desarrollan. Sin embargo, se esperaría que la diferencia en el uso de la tecnología sea internalizada en la gestión de riesgos de las empresas y en el proceso de supervisión.

Por su parte, en el caso de las plataformas de crédito no existe consenso internacional respecto a intervenirlas regulatoriamente, puesto que la actividad crediticia en este modelo no involucra intermediación de depósitos del público. Respecto a los modelos basados en dinero electrónico y al financiamiento participativo de créditos o valores, los desarrollos regulatorios son más recientes. En el caso del dinero electrónico, el mandato de regular recae comúnmente en el regulador del sistema de pagos o en el del SF; mientras tanto, el financiamiento participativo está siempre a cargo del regulador del mercado de valores, dadas las características de inversión de estas operaciones. Cabe destacar que la regulación correspondiente a protección al consumidor, competencia y prevención del lavado de activos y el financiamiento del terrorismo resulta de aplicación transversal a todos los modelos de negocio FinTech. El cuadro N° 1 resume las aproximaciones internacionales revisadas.

El dinámico crecimiento de los modelos FinTech promueve en los reguladores la revisión de su perímetro regulatorio. En base a sus mandatos, el regulador podría decidir monitorear su desarrollo, supervisándolos directamente, o indirectamente a través de la relación que éstas entablen con las empresas supervisadas, o no supervisarlos.

Aquellos modelos que comprometan alguno de los mandatos u objetivos de los reguladores financieros, en particular el relacionado a la estabilidad financiera, capturarán una mayor atención por parte del regulador. Por su parte, existen casos de algunos modelos de negocio que directamente no califican para ser incluidos en el perímetro regulatorio y que sin embargo los reguladores podrían tener interés en monitorear su desarrollo, en función a su impacto potencial. En cualquier contexto, los reguladores financieros deben estar atentos al desarrollo de las distintas actividades de las empresas FinTech y evaluar constantemente la materialidad de los riesgos que estas empresas representan.

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