La evolución del tipo de cambio en setiembre del 2024 estará determinada por una combinación de factores económicos y políticos, tanto en el contexto local como internacional. Un análisis publicado en el diario Gestión considera tres posibles escenarios: optimista, pesimista y base, que dependen de variables clave como las políticas monetarias y fiscales en el Perú, Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, así como los movimientos en los precios de los commodities, sobre todo del cobre.
En la actualidad, el tipo de cambio se mantiene relativamente estable: el dólar se cotiza a cerca de S/3.70, tras haber superado los S/4 en el 2023. Según la nota periodística antes mencionada, esta apreciación del sol se ha debido, en parte, a la intervención del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), que implementó medidas como la venta directa de dólares y la reducción de la tasa de encaje en soles al 5.5 %, desde abril del 2024. Estas acciones buscan mitigar la volatilidad y controlar la inflación, que podría aumentar con una mayor depreciación de la moneda local.
En el escenario base, Gestión señala que se espera que el tipo de cambio fluctúe entre los S/3.70 y S/3.75 por dólar, en septiembre del 2024. Este escenario asume una estabilización de las expectativas inflacionarias en Estados Unidos, donde la Reserva Federal (Fed) ha reducido de manera gradual las tasas de interés, tras alcanzar una inflación del 2.9 %, la más baja desde el 2021. Si los indicadores económicos sugieren una desaceleración controlada, la Fed podría adoptar una política menos restrictiva, lo que reduciría la demanda global de dólares y aliviaría la presión sobre monedas emergentes como el sol.
El papel del contexto internacional
En Japón, el Banco de Japón (BoJ) mantiene tasas de interés extremadamente bajas, lo que ha depreciado el yen, aunque con un impacto limitado en las monedas de mercados emergentes. En la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) enfrenta una inflación persistente y un crecimiento económico débil. Sus decisiones para controlar la inflación podrían influir de manera indirecta en el tipo de cambio global, en especial si la Fed ajusta su política en respuesta.
En el escenario pesimista, el tipo de cambio podría situarse entre los S/3.80 y S/3.95 por dólar. Este escenario contempla un resurgimiento de la inflación en Estados Unidos, lo que obligaría a la Fed a aumentar de nuevo las tasas de interés, lo que incrementaría la demanda global de dólares y debilitaría el sol. Además, una caída en los precios del cobre, motivada por una desaceleración en la demanda china, podría ejercer mayor presión sobre la moneda peruana. En este contexto, la intervención del BCR podría aumentar, aunque con un impacto limitado si el entorno internacional se mantiene desfavorable.
Por otro lado, el escenario optimista proyecta un tipo de cambio entre los S/3.60 y S/3.65 por dólar. Este escenario prevé una recuperación económica global más rápida de lo esperado, con estabilidad en los precios de los commodities y una reducción sostenida de las tasas de interés en el mundo. Esto favorecería al sol, al atraer flujos de inversión hacia mercados emergentes. Además, si el Perú tomara políticas fiscales más efectivas en este escenario, orientadas a estimular la inversión y el crecimiento económico, podría fortalecerse aún más la moneda local.
El informe de Gestión concluye que la materialización de estos escenarios dependerá de las tensiones inflacionarias globales y de la respuesta de las principales economías. El BCR seguirá siendo clave para la estabilidad del tipo de cambio en el Perú, pero su capacidad de intervención estará condicionada por las políticas de las principales economías y la evolución de los precios del cobre.