Economía brasilera impactada por la pandemia

Economía en Brasil: inflación alta, desempleo y familias endeudadas

La economía brasileña continúa presentando signos de una fuerte desaceleración, como viene ocurriendo desde hace meses.

En el 2021, Brasil registró una inflación de 10,06%, la más alta desde el 2015, y mucho mayor que el año anterior (4,52%), según datos del instituto oficial de estadísticas IBGE. El aumento de precios superó las proyecciones del mercado, ubicadas en 9,99% en la última encuesta Focus del Banco Central de Brasil (BCB).

Según el IBGE, el dato estuvo influenciado sobre todo por el transporte, que tuvo la mayor variación (21,03%) y la mayor incidencia (4,19 puntos porcentuales) en el año, seguido del rubro de la vivienda (13,05%) y de alimentos y bebidas (7,94%). En conjunto, los tres sectores explicaron alrededor del 79% de la inflación de 2021.

La economía familiar golpeada

La inflación, un problema global generado en parte como consecuencia de la pandemia, afecta a los ingresos de las familias, especialmente de las más vulnerables, que destinan la mayoría de su dinero a alimentos en Brasil. El precio de la carne, por ejemplo, subió un 8,45% en un año.

Según especialistas, entre los factores que explican esta inflación anual de dos dígitos -una situación que Brasil vivió en los años 1980 y 1990- se encuentran la restricción de la oferta de varios componentes en el mundo, así como el riesgo fiscal y la coyuntura política que vive Brasil en la previa de las elecciones presidenciales. Todo esto impactó en la desvalorización de la moneda local, lo cual afectó mucho a los precios.

Desempleo y récord de familias endeudadas

El desempleo en Brasil retrocedió por séptimo mes consecutivo y se ubicó en 12,1% en el trimestre agosto-octubre, según datos oficiales. La tasa de desocupación, la más baja registrada por el Instituto Brasileño de Estadística (IBGE) desde el inicio de la pandemia, se redujo 1,6 puntos porcentuales respecto al trimestre móvil anterior, mayo-julio (13,7%), y 2,5 comparada con el trimestre agosto-octubre de 2020 (14,6%).

Aunque se redujo, el desempleo sigue afectando a 12,9 millones de personas en este país de 213 millones de habitantes y la inflación continúa erosionando los ingresos de las familias. Asimismo, especialistas explican que el rendimiento de los salarios de los trabajadores ha sido cada vez menor, ya sea porque la expansión del trabajo ocurre en ocupaciones de menos ingresos o por el avance de la inflación.

En medio de este panorama, Brasil terminó el 2021 con un récord de familias endeudadas, tanto en el promedio del año como en el nivel medido en diciembre, según un sondeo hecho por la Confederación Nacional del Comercio (CNC).

En promedio, el 70,9 % de las familias brasileñas admitió haber estado endeudadas en 2021. En diciembre, además, 76,3 % de las familias estaban endeudadas, el mayor nivel para un mes en los últimos once años, según el estudio de Endeudamiento e Impago del Consumidor, medido mensualmente por la Confederación.

En un año en que la inflación superó el 10 % anual, el desempleo se mantuvo elevado en cerca del 13 % de la población activa y la renta de los trabajadores se redujo, el crédito se convirtió en una alternativa para los consumidores pese a que las tasas de interés fueron elevadas a sus mayores niveles en diez años.

Las medidas y el panorama poco alentador

Con la finalidad de frenar el avance de los precios, el Banco Central de Brasil impuso recientemente alzas importantes de la tasa de interés básica. Así, en diciembre aplicó una subida de 1,5 puntos porcentuales hasta dejarla en 9,25%, el máximo desde 2017, y adelantó que prevé un aumento similar en su próxima reunión, en febrero.

Pese a esta estrategia, economistas esperan que la inflación siga en niveles altos este año que estará marcado por las próximas elecciones presidenciales. Como consecuencia, se espera una subida de los precios que podría reducir el potencial de compra de las familias, así como el alza de la tasa de interés para combatirla que podría desacelerar aquellos sectores que todavía respiraban, como la construcción o los vehículos.

En este panorama, las previsiones de crecimiento para 2022 resultan poco alentadoras, ya que la última encuesta Focus da un 0,28% frente al 2,5% esperado hace un año.

Proyecciones económicas para el 2022

La ONU prevé que la economía de Latinoamérica y el Caribe crezca solo un 2,2 % en 2022 como consecuencia de unos precios más altos de las materias primas y de una bajada de la demanda de China y Estados Unidos, según sus proyecciones anuales.

Tras un alza del 6,5 % en 2021, la organización espera que la recuperación en la región se ralentice con fuerza este año y también en 2023, cuando vaticina un crecimiento del 2,5 %.

Entre las grandes economías de la región, la ONU prevé este año un crecimiento del 0,5 % en Brasil, del 2,9 % en México, del 2,2 % en Argentina o del 3,7 % en Colombia. Para 2023, vaticina un alza del 1,9 % en Brasil, del 2,2 % en México, del 2,6 % en Argentina y del 3,3 % en Colombia.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que la economía de Latinoamérica, la región más afectada por la pandemia, creció un 6,2 % en 2021, sin embargo, el 2022 estará marcado por las asimetrías entre países y una desaceleración incentivada por la incertidumbre.

En tanto, en un reciente informe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) elevó su cálculo del producto interior bruto (PIB) de 2021 tras su estimación del 5,9 % hecha en agosto pasado, pero redujo su pronóstico para 2022, que antes era del 2,9 % y ahora pasa a un 2,1 %.

Para la filial brasileña del Banco Santander, Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, sigue un «camino arriesgado» para lograr el equilibrio fiscal, según apreció

El Santander observa que «la decisión de aumentar los gastos y alterar el marco fiscal», tras modificar el techo de gastos y aplazar el pago de deudas judiciales del Estado, «implica un escenario más desafiante para la estabilización de la deuda».

El Santander mantuvo sus previsiones de crecimiento del PIB brasileño en el 0,7 % para 2022 y en el -0,2 % para 2023. Por otro lado, elevó su previsión de inflación para este año hasta el 6,0 % frente al 5,8 % previsto anteriormente y continuó estimando una subida de precios del 3,5 % en 2023.

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